Aunque Marvin Hagler no tenía el carisma de Cassius Clay, ni el aura mítica de Joe Louis o la gracilidad de Sugar Ray Robinson, consiguió llegar a ser un talento singular en una época irrepetible.
La singularidad de Hagler
Marcelo Boiroux Box Trainer
Era un boxeador inteligentísimo, valiente aunque nunca temerario y que, por encima de todo, poseía un encaje como pocos en la historia del boxeo. Era inquebrantable hasta tal punto que jamás se fue a la lona durante toda su carrera.
En cualquier caso, para mantenerse en pie 67 peleas como profesional tienes que tener algo más que una mandíbula de metal. Necesitas las piernas pétreas y fibrosas que Hagler se moldeó en durísimas sesiones de entrenamiento. Se recluía todo el invierno en moteles cerrados por fin de temporada en Cape Cod, en la gélida costa de Massachusetts. Allí llevaba la resistencia de su cuerpo hasta extremos casi inhumanos: corría decenas de kilómetros a diario calzado con unas aparatosas botas militares, ya que decía que correr con zapatillas de deporte era “cosa de nenazas”.
Lo que es evidente es que los alardes de Marvin no fueron en vano. Su espectacular físico le valió para mantener el dominio absoluto durante 7 años a través de 12 peleas durísimas contra rivales que eran cualquier cosa excepto paquetes a sueldo de promotores solícitos.
Y es que lo que hace todavía más grande a Hagler es que formó parte de una generación de pesos medios sin parangón en la historia. El cuarteto que formó junto a Tommy Hearns, Sugar Ray Leonard y Roberto “Mano de piedra” Durán aún pone la piel de gallina a los aficionados al boxeo digno de ese nombre. Prácticamente todas las peleas en las que se enfrentaron los miembros de este cuarteto prodigioso se consideran obras maestras del pugilismo. Quizás vestigios de un pasado glorioso que nunca volverá.
La pelea entre Hagler y el martillo pilón de Tommy Hearns en 1985 es considerada como una de las más salvajes, competidas, duras y apasionantes de todos los tiempos. Ha pasado a la historia con el calificativo de “The War” y lo único que puede decirse en su contra es que la guerra acabó demasiado pronto: Marvin mandó a la lona a Hearns en el tercer asalto tras una portentosa exhibición de jabs de peso pesado y piernas de gallo, fue un momento memorable en la historia del deporte.
Por su parte, Durán y Leonard fueron rivales encarnizados en el peso Welter, categoría en la que dirimieron la supremacía en varias peleas carnales, igualadísimas y muy sucias que concluyeron con el famoso “No más” del panameño Durán en el octavo asalto de un mítico combate en Nueva Orleans en el 80.
Con los años, ambos púgiles ganaron el peso necesario para retar al gran Marvin Hagler en la categoría de los pesos medios. Roberto Durán lo hizo en 1983. Fiel a su estilo agresivo y tenaz fue el primer rival que resistió 15 asaltos a Marvin en sus defensas del título, y fue el ganador virtual del combate hasta el round 12. A partir de ahí, el corazón y la inteligencia táctica del campeón consiguieron darle la vuelta a la pelea.
El enfrentamiento con Sugar Ray Leonard en 1987 tuvo, sin embargo, un desenlace muy diferente.”Sugar” Ray Leonard, que nunca había competido como peso medio y venía de casi 5 años de retiro, planteó una pelea muy táctica y huidiza. Sabía que no tenía apenas opciones con Hagler si le dejaba desplegar toda su técnica y explosividad así que decidió jugar al desgaste.
Y le salió bien. Aunque la decisión de darle como ganador a los puntos sigue siendo muy contestada por aficionados y especialistas después de tantos años, el viejo zorro Leonard despojó a Marvin “Marvelous” Hagler de su corona de los pesos medios tras 7 años de magisterio. Hagler nunca quiso revancha. Se fue con su mujer italiana a Palermo y nunca volvió.
¿Qué opinas de la trayectoria de este boxeador? ¿Crees que realmente Marvin Hagler es el mejor boxeador de la historia? Si tú también quieres seguir sus pasos, no dudes en contratar un que incluye las coberturas médicas más completas y un seguimiento tutelado por los mejores profesionales.
HUGO ARIEL CASCIA
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