Ko SEng Za HapkidoForce Hugo Cascia

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HapkidoForce Ruben Cascia :Estamos en un momento en que cualquier propuesta de actividad físico-deportiva es bienvenida por la sociedad, que inmediatamente le asocia repercusiones positivas sobre la salud, la belleza, el espíritu, la moral, la educación, la socialización, la recreación o cualquier aspecto socialmente deseable. Así encontramos una amalgama cada vez más extensa de actividades de fitness, en la naturaleza, deportes de riesgo y una larga, si no infinita, variedad de modalidades. En el ámbito de los deportes de combate en los últimos años ha proliferado la práctica de una serie de disciplinas como el full contact, el kickboxing, el valetudo o las denominadas artes marciales mixtas con una importante carga violenta en el desarrollo de sus competiciones. En este trabajo se realiza un análisis crítico de estas modalidades partiendo de la teoría del deporte en el proceso de civilización, de Norbert Elias y Eric Dunnnig (1992). Para estos autores el deporte moderno supone un cambio estructural respecto a las prácticas físicas anteriores. La principal característica del deporte moderno, dentro del proceso civilizador, está en el control de la violencia a través de un enfrentamiento, limitado en el tiempo y el espacio, basado en la emoción por ganar pero en el marco de un reglamento. La evolución de los reglamentos de los diversos deportes se caracteriza por un control cada vez mayor de la violencia. La mayoría de los deportes, aunque en algunos de ellos exista contacto físico, el objetivo de la competición no está en el cuerpo de los adversarios. El problema surge cuando el objetivo es el cuerpo del adversario. En este sentido, es significativa la relación que establece Pierre Parlebas (1981) entre la distancia de guardia y la violencia de las técnicas de ataque de los deportes de combate, de manera que cuanto mayor es la primera, más violentas resultan estas acciones. Algunos deportes de combate, como los de lucha con agarre (judo, lucha libre olímpica, lucha grecorromana o lucha canaria), han evolucionado en sus reglamentos eliminando las acciones peligrosas o que pudiesen dañar al adversario (Brousse, Villamón y Molina, 2011; Villamón y Brousse, 2002). Otros deportes de combate, como los que emplean armas (esgrima, kendo) o los que se basan en golpes (como el taekwondo o el kárate), además de eliminar algunas acciones peligrosas, es obligatorio el uso de protecciones corporales. El problema está en aquellas modalidades de combate que no utilizan o minimizan el uso de estas protecciones y que, además, son muy permisivas en la utilización de técnicas de combate cuerpo a cuerpo, porque su objetivo en competición consiste directamente en dañar al adversario intentándolo noquear, dejándole fuera de combate. ¿Podemos considerar como deporte estas modalidades de combate cuerpo a cuerpo?

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lunes, 5 de diciembre de 2016

"El Maravilloso"

Marvin Hagler, el mejor boxeador de la historia Publicado por generación Young  Ya han pasado más de 35 años desde que tuvo lugar la pelea que coronó al gran Marvin Hagler, el mejor boxeador de la historia. En el artículo de hoy repasamos su carrera profesional.
Aunque Marvin Hagler no tenía el carisma de Cassius Clay, ni el aura mítica de Joe Louis o la gracilidad de Sugar Ray Robinson, consiguió llegar a ser un talento singular en una época irrepetible.

La singularidad de Hagler


Marcelo Boiroux Box Trainer
Era un boxeador inteligentísimo, valiente aunque nunca temerario y que, por encima de todo, poseía un encaje como pocos en la historia del boxeo. Era inquebrantable hasta tal punto que jamás se fue a la lona durante toda su carrera.
En cualquier caso, para mantenerse en pie 67 peleas como profesional tienes que tener algo más que una mandíbula de metal. Necesitas las piernas pétreas y fibrosas que Hagler se moldeó en durísimas sesiones de entrenamiento. Se recluía todo el invierno en moteles cerrados por fin de temporada en Cape Cod, en la gélida costa de Massachusetts. Allí llevaba la resistencia de su cuerpo hasta extremos casi inhumanos: corría decenas de kilómetros a diario calzado con unas aparatosas botas militares, ya que decía que correr con zapatillas de deporte era “cosa de nenazas”.
Lo que es evidente es que los alardes de Marvin no fueron en vano. Su espectacular físico le valió para mantener el dominio absoluto durante 7 años a través de 12 peleas durísimas contra rivales que eran cualquier cosa excepto paquetes a sueldo de promotores solícitos.
Y es que lo que hace todavía más grande a Hagler es que formó parte de una generación de pesos medios sin parangón en la historia. El cuarteto que formó junto a Tommy Hearns, Sugar Ray Leonard y Roberto “Mano de piedra” Durán aún pone la piel de gallina a los aficionados al boxeo digno de ese nombre. Prácticamente todas las peleas en las que se enfrentaron los miembros de este cuarteto prodigioso se consideran obras maestras del pugilismo. Quizás vestigios de un pasado glorioso que nunca volverá.

La pelea entre Hagler y el martillo pilón de Tommy Hearns en 1985 es considerada como una de las más salvajes, competidas, duras y apasionantes de todos los tiempos. Ha pasado a la historia con el calificativo de “The War” y lo único que puede decirse en su contra es que la guerra acabó demasiado pronto: Marvin mandó a la lona a Hearns en el tercer asalto tras una portentosa exhibición de jabs de peso pesado y piernas de gallo, fue un momento memorable en la historia del deporte.
Por su parte, Durán y Leonard fueron rivales encarnizados en el peso Welter, categoría en la que dirimieron la supremacía en varias peleas carnales, igualadísimas y muy sucias que concluyeron con el famoso “No más” del panameño Durán en el octavo asalto de un mítico combate en Nueva Orleans en el 80.
Con los años, ambos púgiles ganaron el peso necesario para retar al gran Marvin Hagler en la categoría de los pesos medios. Roberto Durán lo hizo en 1983. Fiel a su estilo agresivo y tenaz fue el primer rival que resistió 15 asaltos a Marvin en sus defensas del título, y fue el ganador virtual del combate hasta el round 12. A partir de ahí, el corazón y la inteligencia táctica del campeón consiguieron darle la vuelta a la pelea.
El enfrentamiento con Sugar Ray Leonard en 1987 tuvo, sin embargo, un desenlace muy diferente.”Sugar” Ray Leonard, que nunca había competido como peso medio y venía de casi 5 años de retiro, planteó una pelea muy táctica y huidiza. Sabía que no tenía apenas opciones con Hagler si le dejaba desplegar toda su técnica y explosividad así que decidió jugar al desgaste.
Y le salió bien. Aunque la decisión de darle como ganador a los puntos sigue siendo muy contestada por aficionados y especialistas después de tantos años, el viejo zorro Leonard despojó a Marvin “Marvelous” Hagler de su corona de los pesos medios tras 7 años de magisterio. Hagler nunca quiso revancha. Se fue con su mujer italiana a Palermo y nunca volvió.
¿Qué opinas de la trayectoria de este boxeador? ¿Crees que realmente Marvin Hagler es el mejor boxeador de la historia? Si tú también quieres seguir sus pasos, no dudes en contratar un que incluye las coberturas médicas más completas y un seguimiento tutelado por los mejores profesionales.
HUGO ARIEL CASCIA

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